jueves, 15 de diciembre de 2022

MARÍLIA GARCIA

 

 

En un día Blanco

 


prendida al borde de la mesa con

el cabello rojo vámonos

para Polonia y veamos

                la nieve

así estaba yo dispersa

él nunca conoció a la familia deseando

el frío. siempre aquél

movimiento

debería leer otras

cosas la frase

cortada en el mismo

punto grieta de luz

donde expresa una carcajada

asomada a la ventana cuando

lo ve del otro lado de la

calle indagando el palacio. cabello

corto, prendida en la punta

de la mesa ella mastica sílabas

en su propia

lengua.

 

 

Apéndice a “En un día Blanco”

 

la cortina ondeando en la

sala semicírculos de luz

que reciben calor, poco

a poco

en una imagen recurrente: “dehors

maintenant…” pero no sabe,

un pedazo de tierra varado en aquél

océano qué es vivir

ahí: su nombre no viene

del lugar del destinatario no viene

de más de 100 kilómetros de escucha y

la caja de correo quebrada puede dejar

la llave que encontrará el inquilino

tiene ojeras y la chaqueta azul

y los cabellos cortos, está

echada en el sofá amarillo. todos

hablan alguna lengua eslava (ella sabe

que para siempre ha perdido

a alguien). cuando acabe el año,

cruzaremos el estrecho. iba por ahí

tan dispersa por el movimiento ella nunca

vio

                la nieve.

  

Versión de Sergio Eduardo Cruz

 

 

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