lunes, 5 de diciembre de 2022

MARTHA KORNBLITH

 


  

Vitrolero de Sabana Grande

 

 

No era precisamente
arrogancia lo que derrochaba
en esa noche de hace quince años
en la que busqué entregarme a ti
en una esquina del bulevard de
Sabana Grande.
Tú dejaste tu vitrola a la intemperie
así como unos sucios discos de los sesenta.
Caminamos.
Esa noche llovía
y me ofrendaste con una bandeja
con cuatro perro calientes
algunas coca colas
allí, en Crema Paraíso.
Me regalaste un brazalete de los hippies
pero en el día de nuestra primera y última pelea
me dijiste que te lo devolviera,
yo ya lo había echado al cesto
(era signo de mal augurio, me dije).
Esa noche de hace quince años
te mostré unos sucios originales,
no los entendiste, hablabas inglés,
eras trinitario.
Penetramos en la oscuridad y la intemperie
en búsqueda de un hotel.
Tú rechazaste la oferta,
no sé si por pudor
o por falta de dinero.
Regresamos a la acera
a recoger tu vitrola y tus discos
(algunos amigos buhoneros
lo habían hecho ya por ti).
Vitrolero de Sabana Grande
hoy, que ya no sé nada de ti,
ahora que encajo en otros trajes
y miro de reojo,
cuando hay otra gente,
otras calles que me acogen
regreso a ti en este poema
con elegancia.

 

De: “Sesión de endodoncia”

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario