domingo, 29 de enero de 2023

NUNO JÚDICE


 

La mañana del poema

 

 

Lleno de palabras el vaso del poema,
lo lleno hasta que se desborda: y veo cómo caen
sílabas, vocales, consonantes, al piso
del olvido. Lo que resta en el vaso, sin embargo,
es lo esencial: ese zumo de música y de
sensaciones que envuelve la memoria, limpiándola
de tristeza y de melancolía. En su centro,
tu rostro cristaliza un vocabulario
henchido por el viento del deseo; y las múltiples
manos de la frase esparcen tus cabellos
hacia uno y otro lado del vidrio, rasgando
el cielo en un relámpago de párpados.

Poso tu cuerpo en este vaso. Te veo
desde su transparencia, entre
los dedos del horizonte que el fondo de tus
ojos esconde en un suspiro de niebla. Libro
tus senos del abrazo de la noche, y los cubro
con la luz más pura del invierno, en una caricia
de sol frío, vistiéndote con su
lino matinal. Por último, planto tu amor en la tierra
de la estrofa; y lo miro florecer en esa
madrugada en que despiertas con
todas las aves del mundo.
 
 

Versión de Blanca Luz Pulido

 
 

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