Dónde
una puerta
Una profunda tristeza, como un dolor agudo
en delicada piel, un penetrante sonido, metálico, duro,
constante, capaz de llevarte al delirio
hasta convertirte en un ser insomne.
Dónde una puerta,
un jardín, una fuente, un árbol, una ventana abierta,
una cama, un vaso con agua,
un cuerpo con voz y textura de bienvenida,
un cuerpo dispuesto.
Mi voz enrojecida y mi cuerpo obstinado.
La muerte no verá mis ojos, sin embargo.
La estrella más antigua se posará en mi sombra descansada.
La mirada díscola me exonera de la simpleza.
Andando la tarde se alcanza la muerte, también.
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