jueves, 26 de octubre de 2023

HILSA RODRIGUEZ

 


 

 

Danza macabra

 


El cuerpo es una manta transparente

muy dócilmente enlazada a una hebra y la otra

como un puente

Se conecta haciendo todo perfecto

y otras veces se parte

se oxida

se agota

Es él quien busca comodidad

cobijándose con otro cuerpo que goza de ausencia

de furia

Como un relámpago desea unas manos

unos pies y un cerebro

que no es mío

Aunque no basta para determinar su capacidad porque

siente el roce de las agujas

la navaja hiriendo la piel subrepticiamente

la electricidad como un eslabón perdido

Por si no fuera suficiente

tiene que albergar sensatez

para no herir a ningún pájaro

pero tampoco puede

¿Por qué he de sentir este nudo en la garganta?

¿Por qué me cuestiono y me siento como una bestia?

Para desterrar tu cuerpo que es una casa siniestra

cada extremidad actúa por sí sola

Son parecidas a un rompecabezas

La vida debe terminarse en tan solo un instante

El suicidio es inevitable bajo este sol abrumador

Desde una torre alta

la aciaga cornisa de esta ceguera

atando una bolsa de plástico al cuello

o un disparo en la sien

Por fi n la cabeza apoyada encima de un lago rojo con una

carta diciendo: No me dejes. No me dejes.

Clavándose una daga debajo del ombligo y los intestinos

brotando incontrolables

danzando

ahogándose con monóxido de carbono

mientras bebes tu whisky favorito

El cuerpo es un parásito debajo de cartones y migajas de pan

pidiendo limosna

desamparado

en un tobogán

que se bifurca a kilómetros de distancia

sin mandíbulas

galopando como luces de neón en llamas

los mutilados / quemados / amputados / locos / traidores

infieles / ególatras

se transformarán

en polvo efímero

y serán felices

Adiós a estos cuerpos benditos

Adiós a la cárcel

 

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