1. El Chopo de la escuela
Ya
es hora de creer en algo indestructible. No buscamos saber entre el amor y el
tiempo. Aquella luz antigua es presente, jamás se desvanece aquel sol en el
árbol. Fuimos la plenitud, alguna vez. Y la tristeza. Mientras habla el
maestro, el sol es lo absoluto. El niño en la ventana lo desconoce todo,
atiende a un resplandor que dentro se hace música. Hay una voz de fondo que
murmura palabras, pero él vive en la luz que se derrama, en los chopos del
viento de qué otoño lejano. De vacío a vacío, mitad sol mitad sombra, se
desnudan las ramas con el viento, su mirada acepta la promesa: el árbol contra
el cielo, la danza de las hojas ocres, rojas, ardidas, cayendo hasta la tierra.
Eso sí lo conmueve, es sorda en sus entrañas la explosión. Lo demás no es el
mundo, nada importa. Lo demás no es la vida, lo demás es un río de credos y
miserias fluyendo por las tierras de la inutilidad.
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