lunes, 25 de noviembre de 2024

BENJAMÍN MARTÍNEZ

 

 


 

 

Una yesca de polvo

  extiende mi sed

todos los poetas somos huérfanos

     me dice

  buscando el amparo

     tal vez

     de las palabras

  pero de ellas

     nadie se salva.

 

 

Tengo una amiga

  una hermana

  de la palabra

-esas son las verdaderas-

que no se cansa de repetir

  que todo está dicho

que tan sólo se trata

  de buscar

  una voz propia

 

pero yo me pregunto

  de qué voz me habla

  cuando el silencio

     dice tanto

 

 de qué voz

  cuando te cortan la boca

     a patadas

  en medio de la multitud

  y el grito

     no puede pronunciarse

 

  de qué voz

     cuando el poema

  apenas

     es una cáscara

 

  de qué voz

    

     que no escuchas

 

 

     que te enredas

     donde gustas

     fijar el selfie

     horadando oídos

 

  de qué voz

     si andas

     en retirada

  siempre en retirada

     buscando

  la mano que aplaude

  la misma que aprieta el gatillo

  pero tú no la ves

 

  tú dibujas el índice

  que desciende

     para que siga el circo

 

 

    

          que no sabes

          quien pronuncia tu nombre

 

   aunque seas parte

    de mi parte

 

   aún

     no puedes verte

 

tal vez

  también tengas tu voz

  y armarás

     conmigo

     el poema.

 

 

Ciudad

amurallada

templos voces ruegos

por la gran avenida

monedas

deseos

cánticos

del menguante

decoran

los recorridos

 

y yo contemplo cada una

de las aldabas

y toco

la del reptil

sobre

trinitarias

violetas

y blancas

yo

contemplo

pulseras

ibéricas

en brazos

de gitanas

sobre adoquines

 

y la espuma marina

llegando

a los balcones

con sus cuerpos

bronceados

 

mujeres con trenzas antillanas

mujeres a la entrada

de otros templos

y un sol bañando

senderos de realismo

mágicos como tu voz

esta mañana

que llega

desde la sierra

hasta el puerto

de las memorias

colectivas

 

tengo la sal

aún en estos labios

 

y el columpio

en la heladería

de la esquina

cerca del Museo de la Inquisición

ritmo ecuestre

de quien lleva el tiempo

en su piel

y la evitación del monarca

 

y el reloj de la torre

marcando

el paso

de las embarcaciones

que llegan a la convención

de los piratas

 

aquí reside

el vuelo

de las mariposas

y el aullido todo

del Caribe

junto al Magdalena

y el Orinoco

Santiago

Tegucigalpa

Darién

San José

Asunción

Santo Domingo

Montevideo

Quito

Cochabamba

Caracas

Popayán

Guatemala

Cartagena de Indias

 

aquí reside

la gloria

y el ondular

de banderas

sobre la gran muralla

la bienvenida del ocaso

de otras eras

y este mar

que se va

abriendo

para ti.

 

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