VI
Estuve
probándome tu ropa
la
remera color salmón, la del cuello celeste, la japonesa
nada
como ellas para conservar
la
forma de tu cintura,
grabada
sólo a medias
en
la mía
estuve
mirándome
en
el espejo
estuve
probándome
tu
cintura,
todavía
no quise tocar los zapatos.
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