sábado, 1 de febrero de 2025

EFRAÍN JARA IDROVO

 

  


Amarga condición

 

 

El mar está ahí.

El agua de por sí es evidente:

elástica y compacta,

se deja estar, indiferente, en su volumen.

El caballo está ahí.

¡Indeleble presencia!

Tiembla el bosque en sus ojos,

cuando huele a la yegua…

 

¿Qué sucede contigo?

Sólo menguas en vez de acrecentarte,

como un río,

cuyo caudal exiguo,

lo hará languidescer en las arenas.

 

Crees fijar la espléndica

diadema de los astros

y ya es otro quien se obstina en la imagen:

el que, sí es, no es el mismo,

el que al brillar se extingue

para recomenzarse.



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