A
QUIEN se allega,
a
quien conforme a la costumbre
avecina
el calor de lo amigable,
y se
ofrece, y se aposta en cercanía,
y
hace de su respiro humilde lo sensato,
dale
la mano, sí.
Alégrate,
al
mundo le cabe hoy
algo
de amor y ofrecimiento.
De:
“Lo que funda el silencio”
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