Amante
la
cara levantada tragándose el reguero de la ducha
donde sacarse las capas de noticias tóxicas
el no lugar
de los maltratos injusticias
metales flotantes en el aire
fragmentos de cuerpos vivos
fotos de vestidos blancos
manchas de sangre azul en los calzones
inesperadas víctimas
cera para coches
arquitectura de la miseria
planes quinquenales para cementar
la venganza
y el destierro
y el olvido
los
años pasan y sus manos
escriben siempre el mismo poema del lugar
había un solo lugar para decir
no parecía tan difícil aun
con los brazos doloridos
de abrazar como garrapatas
un
lugar que
lleva el nombre de otro ser humano
un lugar donde
dejar resbalar las escamas secas donde
esconderse de la mirada negra del invierno
sin estrellas
de la nieve urbana impertérrita
sucia de chorros negros de caños de escape
de manchas amarillas de meadas de perro
o de borrachos en la madrugada
un
lugar que
retumba persistente
en el tambor destemplado de la noche que
nos deja los músculos de las piernas resentidos
por un par de días los pezones hinchados
un
lugar que
tiembla y duda y no dice nada
por las dudas
no dice nada
un
lugar cuando
en tus ojos no importa si las horas bajan
un
lugar donde
sabés que nada puede ser igual
desde los no lugares no volverá
nunca
a ser igual
un
lugar porque
todo lo que no es cuerpo
carece de importancia
un
lugar abajo y encima
de la idea de patria frontera pasaporte
de cielo tierra mente orillas
trascendencias distancias
un
lugar hacia
el que caminás siempre de regreso porque
entonces todo cantaba
un
lugar para
hundirse con
el nombre de
otro ser humano que
tiembla y duda
y brilla de sudor
y brilla de todo
y por las dudas
no dice
nada
Nota: Lalo Barrubia, seudónimo de María
del Rosario González
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