despedida
me
recuesto en la cama
mirando
el techo
estas
murallas
llenas
de papeles adhesivos
escritos
tachados
abro
y
cierro los ojos
encegueciéndome
con
la luz de la ampolleta
salgo
y entro al pasado
sin
deseos de hacerlo
como
un efecto
de
esta despedida
que
no tengo deseos
de perseguir
estiro
un brazo
y
observo mi mano
su
aspecto
no
es el que recordaba
una
mano huesuda
venosa
los
dedos engarfados
las
uñas amarillas
tres
nudillos rotos
el
temblor intermitente
del
alcohol
y la
abstinencia
no
tengo deseos
de
jugar en la oscuridad
solo
quiero estar aquí
observando
mi
mano
las
citas y fechas perdidas
que
alguna vez
me
comprometí a cumplir
y
que dejé abandonadas
quiero
dormir
hasta
el día siguiente
sin
despertar con resaca
con
los ojos pegados
por
la pintura negra
y
los labios quemados
ya
no quiero
estar
en batalla
conmigo
misma
tan
sólo quiero
no
levantarme de la cama
descansar
de
estos últimos años.
De: “Hospicio”
No hay comentarios:
Publicar un comentario