martes, 16 de septiembre de 2025

MARÍA LIMÓN

 

 

 

 

Hemos sido educadas

bajo el lenguaje de los hombres.

Es el mismo código que encerró

a nuestras madres en el baño.

Las condenó al silencio

mientras desde la infancia

-deseosas de ser liberadas

en las tardes de octubre-

jurábamos no terminar así.

Ahora sabemos que todo final

conlleva un castigo.

Una mujer que llora

es sinónimo de hambre.

Me pregunto si estarás comiendo bien.

 

De: “Los bordes”

 

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