Se
fue a dormir a su cama
para
no despertar jamás.
Su
lecho fue su tumba,
una
lápida bajo los escombros de su cuarto,
bajo
los escombros un mausoleo.
No
hubo un nombre ni una fecha de nacimiento,
no
hay fecha de muerte, no hay epitafio.
Hay
solo sangre y el marco
de
un retrato hecho trizas
junto
a ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario