martes, 8 de enero de 2013

FERNANDO MARIN





Perdon



Cuando sentir pretendo
tu rabia contenida.
La misma que no olvida.
La misma que te anida,
con su sed de venganza...
brota en mi una ilusión
de alcanzar tu perdón
y un halo de esperanza.

Porque en el arrebato
de tu sed vengadora
hay una parte en ti
que me extraña y me llora.
Una parte que ahora,
arrogante, pasea
mientras que en mi dolor
silente se recrea.
Y yo, en la dignidad
de un mendigo que implora
tan solo caridad,
buscándote en mi paz
susuraré: perdona.


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