Tú
y yo
Cántaros
de amor eran tus senos
y
tu esbelta figura el comienzo
de
una aventura
entre
alocados sueños.
Ni
una sola palabra, sólo el silencio
rondando
las esquinas de tus íntimos secretos.
Solos
tú y yo tendidos sobre el suelo
como
dos gotas de agua
como
dos aspas de fuego.
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