lunes, 6 de enero de 2014

CARLOS VILLAGRA MARSAL


 
 

El desterrado

 

Yo necesito,
volver allá,
donde colman de duelo
el cuenco de las madres,
donde llenan de sal nuestras heridas.
Tengo que regresar.
A mi tierra,
donde saquean el agua a los secanos,
donde demarcan las hambres
con alambre de púa.
De vuelta debo estar.
En mi tierra,
donde unos pocos mandan,
en tanto que en sus ojos le relucen las armas,
cuando a los demás sólo nos queda
sangre sajada en las espaldas
y sed amordazadas
y rabia.
Precisamente quiero
volver allá,
porque todos sabemos
que cuanto más ciega sea
la sombra que soporta la patria,
más cercano estará,
a punto de asomarse
el resplandor seguro,
el goce incontenible de la madrugada.

 

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