Una
casa en llamas
¿Por
qué se mete en los sueños
y
me arrebata lo íntimo?
Como
un océano brutal
que
puede llevarte en un instante,
mi
niñez,
como
si estuviera acechándome por las ventanas,
es
la única vida que me queda.
La
belleza de esos años
es
una casa en llamas en donde no puedes
salvar
a nadie.
Acaba
y comienza de nuevo.
Es
un lugar en donde ya no siento miedo o tristeza.
Es
un árbol que siempre tiene los brazos abiertos
para
las aves.
Pero
desde mi niñez para hoy
mi
corazón se ha convertido
en
una extraña planta en harapos,
y
solo canciones antiguas y rimas íntimas
hacen
que mi corazón viva como mi niñez:
con
el fuego carmesí de la existencia espiritual,
como
una llama de fuego en la masa obscura
de
la noche,
como
los caracoles
repitiendo
el infinito del mar.
Granada, 3 de marzo 2001
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