lunes, 19 de mayo de 2014

FRANCISCO DE ASÍS FERNÁNDEZ


 
 

Una casa en llamas

 

 

¿Por qué se mete en los sueños

y me arrebata lo íntimo?

Como un océano brutal

que puede llevarte en un instante,

mi niñez,

como si estuviera acechándome por las ventanas,

es la única vida que me queda.

La belleza de esos años

es una casa en llamas en donde no puedes

salvar a nadie.

Acaba y comienza de nuevo.

Es un lugar en donde ya no siento miedo o tristeza.

Es un árbol que siempre tiene los brazos abiertos

para las aves.

Pero desde mi niñez para hoy

mi corazón se ha convertido

en una extraña planta en harapos,

y solo canciones antiguas y rimas íntimas

hacen que mi corazón viva como mi niñez:

con el fuego carmesí de la existencia espiritual,

como una llama de fuego en la masa obscura

de la noche,

como los caracoles

repitiendo el infinito del mar.

 

Granada, 3 de marzo 2001

 

 

 

 

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