Cuando
todo hiere en lo hondo
Cuando
todo hiere en lo hondo
y
solo, frente a tu imagen,
la
encuentras deformada por espejos ignorados;
cuando
las cosas viven ante tu sombra,
cuando
tu palabra te parece ajena
y
el ritmo de tu sangre huye de tu cuerpo;
cuando
tus manos te son lejanas
y
no reconoces las huellas de tus pies;
cuando
casi olvidas el rostro que se acerca;
cuando
no percibes más que superficies muertas;
entonces,
como
el salmón,
remonta
la corriente
con
toda la furia de tu ira.
No
desesperes
el
agua romperá las piedras.
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