A
Juana Calfunao y Patricia Troncoso
"Cuando
el último se desvanezca de la tierra y su memoria sea
solamente
una sombra de una nube atravesando la pradera,
estas
riberas y llanos estarán aun retenidos por los espíritus
de
mi gente, por el amor a esta tierra como los recién nacidos
aman
el sonido del corazón de sus padres".
(Carta
del gran jefe Seattle al presidente de E.E.U.U.)
Han
confiado en la noche,
en las suaves caricias
y ahora en los desvelos.
en las suaves caricias
y ahora en los desvelos.
Con
caras sucias han venido a la sangre
con plumas de plata,
al llanto en riberas arenosas,
al calor de la tierra,
a la niebla en maderas oscuras.
con plumas de plata,
al llanto en riberas arenosas,
al calor de la tierra,
a la niebla en maderas oscuras.
El
sudor de los antiguos reclama en el viento
la claridad que esparce la llama.
la claridad que esparce la llama.
Hoy
cae una y se levantan diez.
Fiscales
arañas clandestinas tejen trampas,
nos mantienen las distancias;
Nada escapa al biombo del terror;
nada muere,
nadie olvida.
nos mantienen las distancias;
Nada escapa al biombo del terror;
nada muere,
nadie olvida.
Han
venido,
a incendiar este abrazo loco de ausencia,
a sofocarle con el grifo de los ojos que miran
el zumbido del insecto en la ternura del brasero
cuando sólo queda ni por quien dar la vida.
a incendiar este abrazo loco de ausencia,
a sofocarle con el grifo de los ojos que miran
el zumbido del insecto en la ternura del brasero
cuando sólo queda ni por quien dar la vida.
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