martes, 10 de junio de 2014

VERÓNICA JIMÉNEZ


 

Él es un constructor de barcos

  

Lo veo andar entre las maderas
atento a la prédica viejísima de los mares.
Marca con un lápiz, clava, cepilla
y cuando termina su trabajo
emocionado por el olor fresco de la brea
cierra los ojos y bautiza

a las pequeñas barcas que se llaman
Susana, Santa Elvira, María Ester
o cualquier otra capitana de sirenas.

 

 

 

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