El nuevo mar del cielo
Luminosa
pende la vida de los árboles
pudriéndose delicada y abundante.
Mientras las aguas se arrugan en la orilla,
el viento toma el vacío para llenarlo desde el borde.
pudriéndose delicada y abundante.
Mientras las aguas se arrugan en la orilla,
el viento toma el vacío para llenarlo desde el borde.
Nuestra
navegación se hacía
por el viento al que se llama Bolturno.
Mirando la barriga inflada del cielo
desplegamos nuestra tristeza sin atarla al mástil.
Pusimos la proa bajo el mediodía
y la nave corrió a palo seco.
por el viento al que se llama Bolturno.
Mirando la barriga inflada del cielo
desplegamos nuestra tristeza sin atarla al mástil.
Pusimos la proa bajo el mediodía
y la nave corrió a palo seco.
Abandonamos
todas las velas al viento,
los benditos trapos
se hincharon hacia nubes afiebradas.
los benditos trapos
se hincharon hacia nubes afiebradas.
Sueltos
por el ramaje y el rugir de las aguas
fueron ángeles empapados.
Esos harapos que se perdían por los desfiladeros
nos pusieron de rodillas.
Dios sea loado en el torrente,
que hunda nuestro casco al sargazo
y nos sumerja en el nuevo mar del cielo.
fueron ángeles empapados.
Esos harapos que se perdían por los desfiladeros
nos pusieron de rodillas.
Dios sea loado en el torrente,
que hunda nuestro casco al sargazo
y nos sumerja en el nuevo mar del cielo.
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