miércoles, 21 de enero de 2015

ENRIQUE LARRETA


 

Ya le falta muy poco
 


Ya le falta muy poco al peregrino
para dejar la mundanal posada.
Ha salido al balcón. La madrugada
clarea en la frescura del camino.

Llévese el diablo el canto, el naipe, el vino,
como también la moza enamorada.
Tú si que importas, libación dorada
de la luz natural y el aire fino.

Qué más diera morir si uno pudiera
llevarse algo de aquello. Qué más diera,
si el alma desde el cielo contemplara,

cuando se va de alondra y gira y sube,
la misma luz; dejara y no dejara
la brisa, el agua, el prado, el sol, la nube.

 

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