XVII
Pensando
que el camino iba derecho,
vine a parar en tanta desventura,
que imaginar no puedo, aun con locura,
algo de que esté un rato satisfecho.
vine a parar en tanta desventura,
que imaginar no puedo, aun con locura,
algo de que esté un rato satisfecho.
El
ancho campo me parece estrecho;
la noche clara para mí es oscura;
la dulce compañía, amarga y dura,
y duro campo de batalla el lecho.
la noche clara para mí es oscura;
la dulce compañía, amarga y dura,
y duro campo de batalla el lecho.
Del
sueño, si hay alguno, aquello parte
sola que es ser imagen de la muerte
se aviene con el alma fatigada.
sola que es ser imagen de la muerte
se aviene con el alma fatigada.
En
fin, que como quiera estoy de arte,
que juzgo ya por hora menos fuerte,
aunque en ella me vi, la que es pasada.
que juzgo ya por hora menos fuerte,
aunque en ella me vi, la que es pasada.
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