Primera
orilla
Alejando
al cuerpo
del
desprendimiento de sus partes
no
pudimos evitar que la marea descendiera
y
allí
un
hombre tendido
abierto
fragmentado
como
todo aquello que intentábamos salvar.
Acercamos
la mirada
La
limpiamos para confirmar que no fuera otra de sus manchas
-cuerpo
de hombre confirmamos-
y
entonces abrió su voz
abrió
su voz y dijo:
“eso
que otros han llamado abismo
es lo
que yo llamo tierra adentro”
Y si
la tierra tembló mientras él me miraba
no
fue porque en su cuerpo resucitaran mis raíces
fue
porque de nuevo los cielos eran fértiles
y
podíamos sembrar jardines que se ondulaban en la nada
porque
dimos vida a los mares que crecieron entre peces
porque
el cuerpo se mantuvo firme
y fue
evidencia
revelación
de
que entonces no era la tierra la que temblaba
sino
el silencio.
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