lunes, 1 de febrero de 2016

JUAN RAMÓN ORTIZ GALEANO




Distracción alegórica



La gata descansa inerte en el patio
junto a la sombra de la parra,
ya no a conciencia bajo su protección estival;
el pelaje, aún blanco y amarillo único,
se confunde ahora con el amarillo diverso
de los gusanos en el agujero de su vientre.

Dos veces la vi jugando con su presa
(medianos ratones de negro pelaje,
negro destino); lúdica siempre,
ya que nunca le faltó alimento servido:
en el despacho de carne
siempre fuimos generosos con ella.

Su cadera se descompuso en otoño,
ya le costaba desplazarse,
le costaba defecar.
No fue un abandono
sino una distracción.
¿Cuál?


[Escribí este poema una tarde, en 2012,  luego de hallar muerta en el patio de casa a una gata blanca y amarilla que tenía mi padre]


Este poema pertenece al libro “Arrebatos del Epígrafo”




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