martes, 3 de mayo de 2016

ANGELAMARÍA DÁVILA MALAVÉ



  
Y asi voy...



Y así voy, como roca 
sonriéndome estática como en muecas de piedra.
Como un túnel gigante que ni siquiera guarda
la esperanza de un eco.
Inmóvil.
Mirándome en un río turbio de remolinos.
Sin dedos, y sin manos, sin ojos y sin pasos,
sin latidos, sin yo.
Toda de túnel y en espirales locos de suspiros.
Reseca...
Ya sin río. 
Ni tan siquiera río, ya sin charca,
derrotados los rumbos, sin riberas.
así estoy, desgajada,
sin raíces que prendan en la arena;
estática,
tratando de apresar mares extraños
y arroparlos de espera...
Ni eso queda.
Y sin ojos, sin dedos, sin manos, y sin pasos,
sin latidos, sin yo.
Toda de túnel.



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