sábado, 15 de abril de 2017

GUILLERMO E. PILÍA




Las ratas



Nunca pude ver tan de cerca a las ratas
como en las noches de mi año de soldado,
si me dormía apoyado en mi fusil
debajo de un gran farol, en ese puesto
cercano a las barracas, entre los vahos
de comida descompuesta... Era entonces
cuando en silencio salían a mirarme
acorralándome en círculo, esperando
que también a mí se me abriesen los ojos.
Jamás me hicieron daño, pero llegaban
a observarme en el minuto de flaqueza
en que el sueño me vencía... Es extraño
que con el tiempo no volviesen las ratas
a atormentarme en las noches, que hoy evoque
esa imagen de miseria como si a otro
le hubiera acontecido. Yo mismo a veces
las llamo en medio de un instante de dicha:
a que me recuerden qué frágil resulta
la felicidad, qué cerca de los sueños
acechan siempre sus hocicos en punta


De: “Ojalá el tiempo tan sólo fuera lo que se ama”


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