Comunión
Creen
los deseosos,
las
bestias de esperanza,
que
algún día un hombre hallará
un
trago de mil cuerpos sin fronteras
y un
sopor de mar entre los muslos;
piensan
que algún día un hombre de saliva
calzará
luminiscentes lenguas
y
abrirá al fin los ojos
y
será carne pura su materia,
hombre
largo, ancho, deslumbrante,
todo
ojos de caricia
refugiado
en un fuego sin extremos.
Entonces
ese hombre
no
tendrá dónde moverse
y
será su carne extensa,
y su
deseo, satisfecho
y
perderá los ojos
y no
será nunca más un hombre.
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