sábado, 12 de agosto de 2017

LAURA CASIELLES



  
Como entonces, como siempre

Voy a pedir ayuda a la hermandad lejana.
Carlos Edmundo de Ory



Venid los justos de acción y de omisión,
los limpios de alma,
quienes tienen sucias las manos de cavar cimientos,

que vengan, como entonces, como siempre,
el poeta de la tribu y la cocinera
de las fuerzas de los mártires,

los de la palabra exacta,
los del abrazo presto,
venid,

venid aprendices de lo mismo y admirados maestros,
desconocidos compañeros de parecidas luchas,

las profetas,
las insultadas,
las inocentes,

venid las otras mujeres del corazón del hombre que amo,
primeras a las que salvar si se hundiera este barco,

los imposibles camaradas del insomnio
con quienes discutimos encendidos los leves matices de lo improbable,

venid

los que compartís el sueño y las penurias que arrastra el sueño

venid

como entonces, como siempre,
venid hermanas del abismo y de los brotes:

que está el cielo preñado de un presagio negro
y sea para vencerlo o para caer
mejor será que estemos cerca.



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