IV
Mi
abuela me despierta en mis sueños
tenía
todos sus dientes,
su
sonrisa era una cadena de recuerdos blancos,
había
dejado la prisión con ruedas,
caminaba
con zapatos nuevos hechos a su medida
traía
tulipanes del huerto de dios,
venía
con ropa de ángel
y un
poco de rastros de nube en los dedos.
Su
vista dejaron de ser las vendas
y a
través de sus ojos veía un umbral al paraíso.
Me dijo
que el mar también llora,
que me
vio festejar su aniversario luctuoso,
que me
escucha aun con mi boca cerrada,
que al
recuperar la vista
vio al
amor y ambos sabían de ti.
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