Sondeo de armonía moderna
Sitiado
por el vocerío de las proximidades
un niño rompe,
de súbito, a llorar. (Nadie
repara en ello, excepto yo). Tras la fugaz
divisa de tal llanto –limitada
aquí por dos rebordes
de quietud o reposo–, el fingimiento
de la imagen que alentó su simulacro.
un niño rompe,
de súbito, a llorar. (Nadie
repara en ello, excepto yo). Tras la fugaz
divisa de tal llanto –limitada
aquí por dos rebordes
de quietud o reposo–, el fingimiento
de la imagen que alentó su simulacro.
Más
abajo, de espaldas a mi sombra
y a la lejanía, inquietantemente,
unos pasos se anticipan a su origen
brindándome el eco necesario
para la madurez de la tensión.
Me muevo entonces, escruto
la penumbra, pero apenas
consigo percibir silueta alguna.
y a la lejanía, inquietantemente,
unos pasos se anticipan a su origen
brindándome el eco necesario
para la madurez de la tensión.
Me muevo entonces, escruto
la penumbra, pero apenas
consigo percibir silueta alguna.
Después
prosigo rumbo y nada,
silencio. (Un silencio
desprendido, celoso, ávido acaso
de lo inaudible).
silencio. (Un silencio
desprendido, celoso, ávido acaso
de lo inaudible).
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