XIII
Para
J.L
Ellos
no saben nada del horror,
no
saben de tus manos secas, del castigo,
de tus
lilas casi rojas
ni que
tu espalda se hizo piedra.
Tampoco
saben que has muerto
sin
perdón y sin tu pléyade.
No
dejaré que lo sepan
no se
los diré.
Lo digo
todo, pero nada digo.
De: “Crónicas de hospital”
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