jueves, 16 de agosto de 2018

JOSÉ ALFREDO SOTO



  

Bajo sombras,
en una esquina, en una calle
de cristal, oculta, la luz se eleva,
el ave incrusta sus alas,
derrama sus alas,
en hierro,
en sabia
en polvo,
en una columna.
Es
un regordete
adonis de mármol.
Las horas
tatúan casi esmerilan
sus impulsos
de suicida,
elegantemente fundado
en oxido
y sus rechonchos desnudos brazos
desbordados
desbordan luz y no ve
porque no tiene ojos
pero llora,
llora ríos concéntricos.
Él. Una esquina,
mi ciudad.


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