sábado, 25 de agosto de 2018

MARIO BOJÓRQUEZ




  
Te marcaron los huesos con tristes despedidas
Elevaron tu cuerpo para ser exhibido
Juntaron con paciencia cada objeto que caro fue en tu tiempo
Te apilaron costal en un surco de sangre
Y cuando lleno de ti sintieron aquel tumulto de memorias
Prendieron fuego, atizaron rescoldos de tu ánima
Por ver si era verdad que volvías de tu propia ceniza

Pero nada de esto te fue fiesta en la bruma
Tus pasos arrastrados continuaron su polvo
No había en ese rito invocación mayor
En esa ceremonia nadie pidió por ti

Has querido pulir también este diamante
Porque la vida no es inane para llorar el tiempo que se pierde
Para lamentar con boca seca las palabras al aire




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