Te marcaron los huesos
con tristes despedidas
Elevaron
tu cuerpo para ser exhibido
Juntaron
con paciencia cada objeto que caro fue en tu tiempo
Te
apilaron costal en un surco de sangre
Y
cuando lleno de ti sintieron aquel tumulto de memorias
Prendieron
fuego, atizaron rescoldos de tu ánima
Por ver
si era verdad que volvías de tu propia ceniza
Pero
nada de esto te fue fiesta en la bruma
Tus
pasos arrastrados continuaron su polvo
No
había en ese rito invocación mayor
En esa
ceremonia nadie pidió por ti
Has
querido pulir también este diamante
Porque
la vida no es inane para llorar el tiempo que se pierde
Para
lamentar con boca seca las palabras al aire
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