Corales
No
importa la profundidad del descenso
o la
imposible maleza derramada en el camino.
Es
largo y frío el viaje sobre oscuros caballos.
Ejercicio
de inmersión y belleza piadosa
hasta
pisar altos jardines de coral negro.
Entre mi
dolor –que conozco tanto desde el lodo-
y el
universo poco explorado por la falta de tus palabras,
me
quedan flotando la impenetrabilidad de la música y la sal.
Las
medusas atrapadas entre mis pestañas me jalan rápido.
Más no
importa el precio del descenso.
Es
necesario volver al camino consciente del miedo
y el
aliento del océano golpeándome en la nuca.
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