lunes, 12 de noviembre de 2018

TAMARA ORELLANA VALDIVIESO





Es insultante esta calma



Ya no tenemos nada de qué quejarnos.
No hay pelos en la ropa,
ni un punto corrido en mis medias,
no hay ruidos a mitad de la noche,
no tropezamos con nada en el pasillo.
Salvo el insomnio, nada perturba nuestro sueño.
Las cosas insisten en permanecer en su lugar.
Toda la casa está demasiado limpia,
demasiado quieta.
Es insultante este orden.
Es ultrajante esta calma.


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