viernes, 23 de noviembre de 2018

NATÁLIA CORREIA





Autoretrato



Espaldas blancas palpitantes:
alas en el exilio de un cuerpo.
Los brazos carriles centellantes
para el convoy del alma.
Y los ojos emigrantes
en el navío del párpado
encallado en renuncia o cobardía.
A veces hembra. A veces monja.
Según la noche. Según el día.
Molusco. Esponja
embebida en un filtro de magia.
Araña de oro
presa en la tela de sus ardides. 
Y a sus pies un corazón de loza
roto en juegos infantiles. 


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