Autoretrato
Espaldas
blancas palpitantes:
alas en
el exilio de un cuerpo.
Los
brazos carriles centellantes
para el
convoy del alma.
Y los
ojos emigrantes
en el
navío del párpado
encallado
en renuncia o cobardía.
A veces
hembra. A veces monja.
Según
la noche. Según el día.
Molusco.
Esponja
embebida
en un filtro de magia.
Araña
de oro
presa
en la tela de sus ardides.
Y a sus
pies un corazón de loza
roto en
juegos infantiles.
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