lunes, 17 de diciembre de 2018

JUAN SANCHÉZ PELAEZ





Diálogo y recuerdo



Este apasionante encuentro con la doncella subterránea
No fue ovacionado con trompetas de corales.

Encumbrado a ti,

¿El relámpago de mi respiración?
¿El vuelo marítimo de un cisne o un zamuro?

¿Qué signo mío Te iba a despertar?

¿Los buscadores de oro?
¿La campana salobre mecida por el huracán?

Dejadme la pureza del estío y el canto del manantial
      sobre los pinos en una hora alta
      de paz y alegría.

Huérfano, y sin trompeta, y la mujer que abre su entrecejo
y es una potestad engañosa y el día que es una nube
efímera, y tú que vienes en el Fasto, Es lo natural,
Simplemente reposas o desvarías.

Desde el instante mío:
      El que tañe en la raíz del húmedo fósforo
      El de pulposo corazón, El que dilapida con
      Ojos de ironía la escritura visible,

      El de la parodia chirle, El de batir las
      palmas, El supliciado, El que huye y tropieza
      Con la máscara y el atavío,
      El que amaina en la médula,


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