lunes, 17 de diciembre de 2018

TANIA CARRERA





Horizonte 



I

Inmóvil sobre la rama,
una urraca se incendia
en el atardecer.
La miro desde lejos
y le doy la espalda al sol.
Ella no sabe que en sus plumas
se quema todo lo que busca.
Su ambición le lame el cuerpo,
y ella se va despintando
conforme acaba la tarde.


II

Sólo la intuición delinea su figura.
Tal vez lo que miro sean:
sus garras como ganchos
en la rama,
o su rostro de carbón,
tal vez los ojos que nacen en la noche.
No lo sé. Y sé
que pronto será una ráfaga de oscuridad,
el murciélago
hará temblar la rama.


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