miércoles, 17 de abril de 2019

ELIZABETH DARYUSH





El ferrocarril



A lo largo de los rieles de hierro,
Plod aún con su poder jadeante,
Range sigue los senderos vacíos
Hora tras hora;

Mirar fijamente sigue donde se cierne
Cada esqueleto de señal,
cuyos brazos tímidos prohíben
O te

invito a seguir, cuyas lúgubres lámparas gobiernan las tinieblas
con riguroso rojo o verde.
Olvídate de los soleados
caminos de tu casa entre

Primrose y violeta,
tus campos de centeno iluminados por la brisa ...
Tus gavillas doradas
olvidan: olvida, o muere. 




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