silencio
Nunca
me han visto
Tu
nunca sientes
No
tengo la voz clara del acelerador
llamando
al asalto de la ciudad.
Solo
soy el calor de la imagen
lo que
el soldado lleva en la espalda.
No soy
la orquesta rica en violeta, ni el órgano.
Hago
eco en la sala de conciertos
después
del último aplauso, y las luces
raramente
contando, regocijándose de su alegría.
No
llueve la primavera con monstruos extraños,
el aire
es respirado por la primera hierba
y
puesta de sol en la caída de la última hoja.
No soy
la pasión
quien
grita por un momento -
Soy lo
que queda del amor,
la
pequeña poesía sutil de lluvia pequeña y segura.
No soy
la gran cosa en mis manos
perlas
nacaradas.
Hay
silencio donde ladran en lo profundo
las
palabras todo.
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