sábado, 22 de junio de 2019

JAIME HUENÚN





Envío a Anahí



Era madrugada y yo  
cortaba flores para ti en mis libros de poesía.   
Llovió largo sobre el mundo y en mi sueño  
se abrieron los primeros rojos brotes de poroto.  
Hacia el bosque volaron los güairaos,   
y el tue-tue cantó tres veces  
sólo para confundirme.  
Amanecí después: mariposa era el cielo,   
liebre era la tierra corriendo tras el sol.  
Te vi luego zumbando en las celdillas de la miel,   
haciendo olas en la blanca  
placenta de tu madre.  
La muerte es lo que escribe  
el agua sobre el agua, me dije contemplando  
el rocío de las hojas.  
Lloré, entonces lloré,  
sólo por el delirio de respirar tu aire. 


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