sábado, 22 de junio de 2019

RODRIGO PETRONIO





IV



Estas manos tienen algo de trágico.
Pues sólo tocaron tu rostro.
Indago desde la eternidad.
El milagro baña de luz ese muerto.
Oscuro, anfibio, putrefacto.
Nada me responde. Sólo indicios.
Las palabras emergen de un cesto.
Haz de arterias. La voz del Otro.
Mi garganta recibe al sol.
La desnudez del oro.
Todo el resto es arte y adorno.


De: “Dentro de la estrella blanca”.

Versión de Eduardo Langagne


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