Abril
Ha
crecido el abril en mi abandono.
Ha
venido a llenarlo todo con su llanto, para humedecer las
lunas
del cristal, los tallos verdes, la gracia que toca el
suelo
duro.
Se
ha llenado de cigarras, que miran con tristeza.
Cigarras
que golpean el fruto de mi nombre, y ponen
una
mordaza de hielo entre mis labios.
Existo
silenciosa, con una carta estrujada y un invierno eterno;
con
una piedra que se destroza y un gusano voraz que me devora.
Ha
llegado mi abril, humedeciendo el luto de este cuerpo de
alas
tronchadas. Vino despacio por los juncos y las breñas.
Allí
donde los espejos de las hojas apagan sus luces y los
crisantemos
se arrojan a la noche del alma.
Voy
a bajar a su misterio, triste y fría, y encontraré su túnel sin
origen.
Abril
de miedo frío… me roba los sueños y deja mis ojos
abiertos,
gastados por el llanto.
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