martes, 24 de septiembre de 2019

KATHERINE MEDINA RONDÓN





El día en que intenté asesinar a Mr. S.



Nadie sabe por qué me pongo violenta
cuando las ranas tocan el tambor.
¿Será la alineación de los planetas
omi brújula sin meridiano?
Nadie sabe por qué cruzo el puente al revés
y torturo a los conejos hasta que confiesen
o salten por el precipicio con un poema en el cuello.
Nadie sabe por qué cogí un cuchillo
y quise atravesar la yugular de Mr. S.
con un tajo perfecto,
ni por qué en un pestañear
se firmó la paz en los estuarios.
Nadie sabe si queda miel en la cocina
o si las moscas se siguen haciendo
las mismas preguntas
al enterarse de un llanto en el tejado.



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