lunes, 23 de septiembre de 2019

MAGDALENA CAMARGO LEMIESZEK




 
Talita Cumi

«A quién le debo
esta herida sangrante
que llevo en el corazón
y que me pertenece todavía».
Tobías Díaz Blaitry



Sobre mi regazo han madurado las cerezas,
pero son amargas incluso en el centro de su hueso
y su carne es un mineral rojo
de donde una savia incierta se desprende.

¿Qué debo hacer con un puñado de cerezas?

Arrojarlas es una ilusión estéril,
pues no hay vientre bueno para ellas en el curso de la tierra,
solo un polvo que ha aprendido a dividirse
y juega a ser serpiente con el viento.
Quizás debo dejarlas ir con la corriente
y aprendan a ser eternas en el agua
y vuelvan a inventar sus raíces en el fondo
y crezcan en la corriente líquidos cerezos
y sus hojas se apoderen del movimiento de las olas
y dancen transparentes y en misterio
y vuelvan sus frutos a ser dulces.

En el cielo se vislumbrará el volátil latido y la bandada,
y sabré que pende en la rama una única crisálida
jugando tal vez a la esperanza
de convertirse un día en mariposa


No hay comentarios:

Publicar un comentario