viernes, 18 de octubre de 2019

MIGUEL ÁNGEL GÓMEZ




  
XXII



Comes directamente del folio.
Te introduces en él.
Porque hay más.
Más está dentro.
Solo el grafito-bisturí es hilo.
La boca está cerrada, la herida
insatisfecha,
el ritmo de Mahler se desliza con fluidez
y las paredes bailan,
una sombra formidable y espantosa
tira de ti.

Solo el grafito-bisturí es hilo.
Yo escribo para los pájaros.




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