La espina
no
creo
no creo desde que abro los ojos
hasta cerrarlos
no creo desde que abro los ojos
hasta cerrarlos
no
creo desde una orilla
hasta la otra
de mi vida
hasta la otra
de mi vida
no
creo
con la misma profundidad
con que mi madre
creía
con la misma profundidad
con que mi madre
creía
no
creo
al comer pan
al beber agua
al amar un cuerpo
al comer pan
al beber agua
al amar un cuerpo
no
creo
en sus templos
en sus curas en sus signos
en sus templos
en sus curas en sus signos
no
creo
al pasar por la calle de una ciudad
por el campo
bajo la lluvia en el aire
dentro del resplandor
de la anunciación
al pasar por la calle de una ciudad
por el campo
bajo la lluvia en el aire
dentro del resplandor
de la anunciación
leo
sus parábolas
rectas como la espiga del trigo
y evoco a un dios
que no sabía reír
rectas como la espiga del trigo
y evoco a un dios
que no sabía reír
pienso
en un dios
pequeño y sangrante
que yace
en los blancos lienzos de la infancia
en un dios
pequeño y sangrante
que yace
en los blancos lienzos de la infancia
pienso
en una espina que desgarra
nuestros ojos nuestras bocas
ahora
y en la hora de la muerte
en una espina que desgarra
nuestros ojos nuestras bocas
ahora
y en la hora de la muerte
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