Reflexión del puberto
La
congoja de breves años mal vividos pesa
el
silencio, cuchillo en mano, termina el homicidio con brutalidad
y
nos sentimos desnudos ante el cercano abismo .
Mañana
o más tarde cenaremos todos callándonos la boca
callándonos
los brazos
atándonos
las lenguas con comida y más comida
vaciándonos
los ojos
quebrándonos
siluetas y miradas
rabia
rabiamos
la vida masticando
una
bola de podredumbre que azota la llaga una vez más
para
que sigamos riendo los labios desde la ventana
y
un puñal en la espalda nos recuerde la verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario